Las calles de la ciudad italiana de Lavinio acabaron inundadas por agua de lluvia y granizo. Ante ello las autoridades locales suspendieron el tránsito y cerraron escuelas como medida de prevención.
Similar panorama se vivió en Ciudad de México, pues allí un aguacero con granizo sorprendió a la población. Para algunos, este fenómeno dio un respiro a la urbe que desde hace un par de días vive una emergencia ambiental por la contaminación y el humo producto de decenas de incendios. Sin embargo, la calidad del aire continúa siendo mala.
Mientras tanto, la región francesa de Córcega acabó cubierta por un manto blanco tras una poderosa tormenta de nieve. Decenas de automovilistas quedaron atrapados en las carreteras por el temporal. Por su parte los residentes aseguraron que este fenómeno climático es extraño en esta temporada del año.