Tras las elecciones de mayo pasado, denunciadas por fraudulentas, y pese al rechazo de la comunidad internacional, Nicolás Maduro juró ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Caracas, para permanecer en el Palacio de Miraflores hasta el 2025.
Con un país en ruina y cada vez más aislado, el mandatario reiteró su determinación de defender la independencia y soberanía para que nadie les arrebate "el sueño bolivariano".
"Juro que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución para procurar defender la independencia abosluta de la patria, llevar a la prosperidad económica a nuestro pueblo y construir el socialismo del siglo XXI", declaró.
Maduro, de 56 años, recordó al prócer Simón Bolívar y al fallecido presidente Hugo Chávez, al recibir su investidura en una sala repleta de funcionarios, jefes militares e invitados internacionales como los presidente de Nicaragua, Cuba, Bolivia, El Salvador y Osetia del Sur.
Cabe señalar que la Unión Europea (UE), Estados Unidos y el Grupo de Lima -de 14 países- desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo, adelantados por la oficialista Asamblea Constituyente y boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude.
Heredero político del líder socialista Hugo Chávez, el ex chofer de bus y exsindicalista gobierna con mano fuerte tras haber sacado del juego a sus adversarios con el control institucional y el apoyo de los militares, a quienes otorgó enorme poder económico.