En Hawai, una familia que iba a viajar rumbo a Los Ángeles en la aerolínea Delta Air lines, vivió un momento incómodo, cuando recibieron la orden de bajarse del avión junto a sus dos hijos, ya que les dijeron que no podían ocupar una de las sillas porque eran muy pequeños y ese es el reglamento de la compañía.
Inicialmente la familia iba a viajar con su hijo adolescente; sin embargo, un contratiempo hizo que este sea enviado en otro vuelo, dejando un asiento libre que sería usado para que sus otros dos menores hijos de 1 y 2 años que estaban en una sillas de seguridad, viajen cómodos.
En ese momento, el personal les pidió que cedieran la silla de uno de sus hijos para otro pasajero; hecho a que el padre se negó rotundamente aclarando que él había pagado ese asiento. Ante esta situación, un agente los amenazó diciéndoles que si no se bajaban del avión, los meterían a la cárcel y les quitarían a sus hijos.
Finalmente, no pudieron viajar y tras difundirse las imágenes, la empresa lamentó lo ocurrido y ofreció un reembolso a la familia que tuvo que pasar ese mal momento dentro de la nave.