Es pleno jueves santo y el mundo celebra la Semana Santa de las formas más diversas. En México la forma más increíble con la que rinden homenaje al cristianismo es linchando un muñeco de trapo, un extraño hecho que según historiadores data desde la época de la colonia y que hasta el día de hoy se practica.
Los mexicanos inventan diferentes muñecos con apariencia diabólicas en representación a Judas Iscaríote, que según textos bíblicos vendió al hijo de Dios a cambio de 30 monedas.
Y no solo en México se da esta celebración, son diferentes los países que con prácticas similares festejan la semana santa, dentro de ellos algunos países centroamericanos como El Salvador y Nicaragua.
En España, existe una tradición conocida como los ‘empalaos’, un típico acto de penitencia personal que consiste en realizar un vía crucis descalzo por las calles. El traje que causaría heridas a cualquiera es la simbolización que trata de dar a entender el sufrimiento que Jesús vivió un día antes de su muerte.
Otro caso y si no es el más extremo se vive en Filipinas, donde cientos de fieles se auto lesionan el jueves santo, corriendo descalzos por las calles de San Fernando, con destino hacia la Catedral de la ciudad, no sin antes pasar por todos los golpes de los niños en la ‘meta’. Estos fieles señalan que todo el sufrimiento que pasan es para exculparse de sus pecados, creencias que hasta el día de hoy perduran a pesar de sus extrañezas.