Así como deportes extremos, también hay familias extremas. Una de ellas tuvo la osadía de poner en riesgo su vida para tomarse una fotografía en un puente de Croacia. Esto, pese a que había vientos de hasta 170 kilómetros por hora.
Como se observan en las imágenes, las personas permanecieron sujetas a la estructura del puente para no ser arrastradas por el viento. También tuvieron que usar unos lentes especiales para conservar la visibilidad.
El tráfico había sido cerrado, pero los visitantes permanecieron en el lugar. Incluso se puede ver cómo se les deforma la cara por el viento. Una decisión al límite que fue registrada por una cámara. Las imágenes dieron la vuelta al mundo.