El 9 de septiembre de 1992, un avión tipo Douglas apareció repentinamente en los cielos del aeropuerto de Caracas, Venezuela. Hacía 37 años, el 2 de julio de 1955, este vuelo había despegado del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, un DC-4 de Pan American Airways (con 6 tripulantes y más de 50 pasajeros), con destino Miami, Florida. Poco tiempo después de comenzar su viaje se internó entre las nubes y desapareció.
Pese a que tales situaciones son poco comunes, no es la primera vez que un avión se desvanece sin dejar rastro.
En algunos casos las desapariciones se resuelven sencillamente porque se descubren restos del fuselaje o incluso algunas partes de las aeronaves en lugares inaccesibles o recónditos.
Pero en otras situaciones, cuando la búsqueda resulta infructuosa, los portales dimensionales y los agujeros de gusano, revelados por la ciencia contemporánea, parecen ser la respuesta plausible.
Algunos expertos no descartan la posibilidad que hayan entrado a otra dimensión, ya que los pasajeros en ningún momento envejecieron.
