Mandy, es una muñeca considerada maldita que se encuentra en exhibición en un museo de Canadá. Fue donada a la institución por su antigua dueña, alarmada por los sucesos extraños que observó cuando llevó a la muñeca a su casa. La muñeca es de porcelana fabricada en Europa, posiblemente en Alemania o Reino Unido a principios de 1900.
Su última dueña la donó al museo en 1991 a causa de fenómenos extraños que, según ella, podían atribuírsele a la muñeca, ya que en reiteradas ocasiones, oyó el llanto de un bebé que provenía del sótano de la casa. Cuando la dueña revisaba el lugar, no había allí ningún niño pero las ventanas estaban abiertas.
Según la mujer, luego de donar la muñeca los fenómenos paranormales cesaron inmediatamente. Actualmente se encuentra en el Museo Quesnel, en la Columbia Británica (Canadá).