Era un simple juego de lanzar dardos al blanco, pero entre cervezas con amigos, se puede causar bastante daño si es que no se está del todo consciente y con todos los reflejos en su punto. Eso fue lo que le pasó a un joven que quiso poner a prueba la puntería de uno de sus compañeros de juerga.
El retador, antes de que lanzara el dardo, decidió poner su mano con dos de sus dedos extendidos y separados por pocos centímetros, como señalando el conocido símbolo de “paz y amor”.
Fue entonces que su amigo acertó bastante cerca del punto central, pero el problema fue que justo ahí estaba uno de sus dedos. El dardo terminó hiriendo al osado joven que trataba de disimular entre risas el terrible dolor.