Los ataques y amenazas contra empresas de transporte público siguen en aumento, generando un clima de inseguridad creciente en la región. Los delincuentes, que han intensificado sus acciones en las últimas semanas, están dejando mensajes extorsivos a los administradores de estas empresas.
La situación ha llegado a un punto crítico, provocando que muchos trabajadores del sector se sientan amenazados y, en consecuencia, opten por no continuar laborando por miedo a ser víctimas de los criminales. La última empresa en ser objeto de estos actos intimidatorios es Santa Catalina. Los choferes de la compañía, ante la creciente amenaza, han decidido suspender el servicio como medida preventiva para garantizar su seguridad.
En respuesta a estos eventos, los empleados de Santa Catalina han solicitado urgentemente la intervención de las autoridades policiales, instándolas a tomar medidas efectivas para capturar a los responsables y restablecer la seguridad en el transporte público.
LLAMADO A LAS AUTORIDADES
La comunidad espera una pronta acción de las autoridades para detener esta ola de violencia que está afectando gravemente tanto a los trabajadores como a los usuarios del servicio.
