El excongresista y exjefe de la Unidad de Extradiciones, Omar Chehade, señaló que la negativa de la Interpol, hasta en dos veces, dar luz verde a la captura del dueño de la casa de Sarratea, Alejandro Sánchez Sánchez, se debió a que la narrativa política, durante el gobierno de Pedro Castillo, se deformó la realidad de los hechos.
En esa línea, indicó que la Cancillería peruana debe exponer ante el gobierno de los Estados Unidos que el caso del financista de Castillo no se trata de una persecución política porque Alejandro Sánchez es una persona investigada por delitos comunes.
"(Alejandro Sánchez) No es un perseguido político sino una persona que ha cometido delitos, se debe hacer entender mediante la cancillería al gobierno de Estados Unidos que se trata de una persecución jurídica y judicial por delitos comunes", explicó en entrevista con 2023 en 24 Horas.
TESTIGO PROTEGIDO O COLABORADOR EFICAZ
Finalmente, sostuvo que Sánchez Sánchez no podría ser "testigo protegido", intención que tendría Sánchez y que fue confirmada por su defensa legal, porque él es una persona investigada por cometer delitos, pero sí podría aspirar a ser un colaborador eficaz.
"No puede ser testigo protegido porque es un procesado, la figura de 'protegido' es que la persona que no ha cometido delitos y ayuda a esclarecer los hechos y que se protege su identidad, debería aceptar su delito y ser colaborador eficaz", afirmó.